Descartadas razones médicas, lo de las familiares es una buena excusa que convencen a pocos.
El agotamiento también es aceptable en alguien que lleva tantos años con responsabilidades públicas pero, fundamentalmente, la justificación más creíble es el desencanto. Ya sea porque has llegado al escalón máximo que las circunstancias (léase "partido") te permiten o porque no te gustan las estrategias que se están poniendo en marcha (en contra de lo que postulabas) o porque te das cuenta que tus enemigos políticos (léase algunos "compañeros de partido") están mejor posicionados ante la próxima "movida" de escalafón.
Cambiemos de contexto.El tan cacareado, y negado, "rescate" parece que se está negociando con el fin de anticiparse a decretar las exigencias del mismo para dar la "imagen" de que "los deberes" ya están hechos y es ahora cuando le toca a Europa sacarnos del atolladero, sin exigir nada a cambio. Cosa que parece que a las auténticas democracias no les está gustando mucho pues denota manipulación, engaño, falsedad, opacidad...etc. en un país socio.
Por otra parte, cuando se oye no solo a los representantes del gobierno negar la evidencia, sino a los de la oposición (PSOE, IU, CiU...) decir que el "rescate" es malo para el bienestar del pueblo, me doy cuenta de lo urgente que es que los "hombres de negro" tomen posesión y pongan las cosas en su sitio, incrementando las inversiones en educación así como los dados de alta en las oficinas de empleo, pertenecientes a la casta política vía directa o familiar o amistosa que tanto desvían el déficit público desde el cobro de nóminas y gastos en puestos oficiales, pseudo-oficiales o impuestos en empresas proveedoras.
Uniéndolo todo, aquí viene la elucubración. ¿Cabría en el paquete de medidas de ajuste la imposición del despido de Rajoy y su sustitución por.....un Ruiz Gallardón, por ejemplo?
¿No creen que las cosas empezarían a encajar?. La desaparición de un apático y pusilánime presidente, nada bien visto ni por sus colegas conservadores europeos, y su sustitución por alguien de su equipo, con pedigree, que sería aceptado por la oposición y metería en cintura a los de su partido, sobre todo a tantos de los que no le pueden ver ni en pintura y con los que no se siente obligado.
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