miércoles, 13 de diciembre de 2017

Arenas movedizas


Se acerca la fecha de las elecciones catalanas convocadas por el presidente del gobierno, amparándose en el artículo 155 de la Constitución, al haber tomado las "riendas" de la Generalitat de Cataluña.

Si repasamos la primera página de nuestra Constitución nos encontramos con que, el apartado 2 del primer artículo indica que "la soberanía nacional reside en el pueblo". Por su parte, el artículo 6 referido a los partidos políticos, indica que expresan el pluralismo político y concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular". O lo que es lo mismo, el pueblo "manda" a través de sus representantes políticos que plasman su voluntad  en actuaciones concretas.

Aunque las encuestas (ya sabemos que entre los que las cocinan, sus intereses y los de los que las pagan, a veces son poco fiables) dicen que la mayoría no será independentista, pero el empate técnico con los partidos "constitucionalistas" puede ser factible. Así que, en previsión de cierto fiasco para el gobierno de Rajoy, el candidato del PP en Cataluña, sr. García Albiol, ya anticipaba lo que podía ocurrir si se llevaban el pato al agua los nacionalistas. Léase. Es decir, como ganen los que no nos gustan....no vale. Bien, se juega su puesto, defiende una ideología y las encuestas no le favorecen, además de que su actitud nunca ha sido muy dialogante y se puede entender que este señor se exprese como lo hace.
Otra cosa es que, acercándose el 21D, el propio sr. Rajoy, más conocedor de los pronósticos actualizados,  respalde esas declaraciones, amenazando prácticamente con lo mismo. Léase.

Es esa la forma de entender la democracia del siglo XXI e interpretar parte de la Constitución?.
Si sale lo que quiero, bien, pero si los votantes dan su confianza a los partidos que llevan en su programa caminar en la dirección que quiere el pueblo y tratan de cumplirlo, se les persigue y no vale el resultado electoral?.
En ningún caso van a reconocer la necesidad de sentarse a dialogar y solo van a ser capaces de esgrimir la fuerza?. Es la forma de escuchar lo que te dice una parte del pueblo?
Cómo lo justificarían ante Europa y el mundo civilizado?

Ya queda poco y saldremos de dudas.   

lunes, 11 de diciembre de 2017

Memoria Histórica


Es asumido que, tras haber transcurrido un tiempo prudencial que dé tiempo a morirse a los responsables directos, los pueblos llegan a un acuerdo que se denomina “reconciliación nacional” para dejar atrás las rencillas y abusos cometidos por fuerzas contendientes en un enfrentamiento fratricida. Se negocia entre unas fuerzas y otras, habitualmente vencedores y vencidos, llegando a una redacción que se suele llamar “leyes de punto final”. Y eso está muy bien para evitar una nueva insurrección fruto de las exigencias de justicia de unos, que los otros considerarán venganza, y que difícilmente permiten resarcir los daños ocasionados durante el enfrentamiento armado.

No obstante, las leyes de punto final también tienen que tener una vigencia, no infinita, porque todo pueblo tiene el derecho y la obligación de conocer su verdadera historia. Hay una sentencia que dice: “Los pueblos que ignoran su historia están condenados a repetirla”, y es lo que se trata de evitar.

Tenemos muchos ejemplos recientes. La Alemania nazi se acabó con la destrucción de la nación y la caída del Tercer Reich bajo el gobierno de Adolf Hitler. En este caso no se trató de una guerra civil interna pero, pasados los años, la mayoría de los alemanes renegaron de la simbología y el doctrinario que les llevó a tanto sufrimiento, a la vez que a la vergüenza internacional ante el que ellos mismos causaron, por activa o por pasiva, siendo encausados los dirigentes por tribunales formados por los aliados. Los argentinos dieron un paso más ante los desastres económicos, militares y morales que tuvieron que soportar durante las dictaduras militares de los años 70-80 y, tras un tiempo prudencial, renegaron de las leyes de punto final que permitieron el tránsito hacia la democracia, sentando en el banquillo y condenando a aquellos jefes de juntas militares que habían horrorizado al mundo e infringido dolor a sus compatriotas. Todos recordamos a las férreas madres de la plaza de mayo exigiendo conocer la situación de sus hijos y esposos desaparecidos, asesinados en los no menos inhumanos vuelos de la muerte.

Sin embargo en España la transición política se llevó a cabo bajo el “paraguas” de la Constitución, redactada por representantes de la derecha y de la izquierda y acordada mirando al futuro pero con unas leyes de punto final recogidas en su articulado para el logro de la conciliación. Está muy bien y cumplió su papel pero han trascurrido ya tantos años de “democracia” como de dictadura, unos cuarenta para ambas formas de Estado y no estaría mal ser capaces de escribir nuestra historia con mayúsculas, sin más reproches que los correspondientes a las actuaciones de un bando o del otro, pero parece que intentar hacerlo es sinónimo de sectario, que mejor nos olvidemos del pasado y  dejemos descansar a los muertos. Pero acaso no parece lógico, humano, intelectual, ético, apartidista…pretender rescatar a los enterrados de cualquier manera, en cualquier sitio, dificultando su identificación, para saber “un poco más” de las actuaciones de todos los que participaron y las consecuencias que generaron?.

Hay una situación que se repitió durante y tras la contienda, la venganza de los que se habían sentido explotados hacia sus jefes y el abuso de caciques hacia quienes consideraban de su propiedad. Y ello supuso intercambio de propiedades. A unos se les saqueaba con la excusa de que lo de España es de los españoles y a los otros con la firmeza de que como habían ganado la guerra les pertenecía todo. Tras finalizar la contienda, cuánto patrimonio fue embargado y adjudicado a nuevos amos?. Que la dictadura de Franco fue sanguinaria lo demuestran muchos hechos, el primero, irrefutable, sin adscripción política a ningún bando, consiste en que los primeros fusilados, o simplemente asesinados, no fueron los políticos de izquierdas o comunistas o sindicalistas…fueron sus propios compañeros, los que dudaron en unirse a la sublevación o anunciaron su fidelidad a la bandera que habían jurado, entre otros los generales Batet, Campins, Caridad Pita, Núñez del Parado, Romerales, Salcedo, Escobar…. Cuál es el problema?, por qué se impide que salga a la luz TODO lo que sucedió, si ya no viven los actores principales y no se les pueden exigir responsabilidades?.

Veamos el pedigree de algunos políticos relevantes de nuestros días, ya no en ideología propia ni en el partido que militan sino en sus antecedentes familiares. Por ejemplo:

El último presidente de las Cortes, sr. Posada. Hijo de Jesús Posada Cacho, falangista, alcalde de Soria y gobernador civil de Soria, Burgos y Valencia en la época franquista.

Alberto Ruiz Gallardón, ministro de Justicia reciente y yerno de Utrera Molina, ministro secretario general del movimiento y ministro de la vivienda en algún gobierno de Franco.                                               

Marta Silva de Lapuerta, primera mujer abogada del Estado y directora del servicio jurídico del Estado, hija de Federico Silva Muñoz, ministro de obras públicas de Franco, y como curiosidad, sobrina de Alvaro Lapuerta, extesorero del PP.

Creo que no hace falta señalar a muchos más. ¿Quién cree que la jefa de la abogacía general del Estado, el ministro de justicia, el presidente de las Cortes, que de niños vivieron y se educaron bajo padres tan imbricados con el régimen de la dictadura, van a “engrasar” la máquina legislativa de la Memoria Histórica, para esclarecer para la historia acontecimientos que pudieran “salpicar” el supuesto buen nombre de sus progenitores?, qué les explicarían a sus esposas, hijos….sobre las “batallitas” del suegro, o del abuelo, después de décadas de aplaudir su “heroica” actuación?.

Muchas veces se dice que la mejora, o la corrección de unos defectos, o la adquisición de unas habilidades, se conseguirán con el cambio de generación y no nos damos cuenta de que el relevo generacional no es digital (ceros y unos), es analógico (continuista), influenciado por lo que se ha “mamado” y oído a una de las partes, con gran capacidad de influencia en las etapas iniciales de la vida, y nos hace poco proclives a desarrollar nuestro sentido crítico y estar dispuestos a poner en tela de juicio todo lo que se opone a ello, aunque solo sea parcialmente, sobre todo si ha permitido “heredar” una posición relevante en la vida, con un estatus económico, social, intelectual como corresponde a los cachorros de la opulencia.           

 


viernes, 8 de diciembre de 2017

El problema de Podemos


Hace unas semanas me llegó la imagen que pueden ver, enviada por varios grupos de WhatsApp.
A todos contesté diciendo que las cosas no eran tan inmediatas como se pretendía hacer ver y menos aún si estaban dichas por Pablo Echenique, cuya inteligencia no está al alcance de cualquiera. La misma afirmación habría podido hacerla referida a Iglesias, Monedero o Errejón.
Imagino que pocos compartieron conmigo esa intuición porque ya se sabe, la manipulación es muy larga (llega hasta Venezuela e Irán) y la inteligencia muy corta, pero hay que respetar a los que se quiera considerar como enemigos porque, en caso contrario, en la "batalla" nos podemos llevar un buen chasco.

No había que profundizar mucho. Bastaba con leer las escasas líneas. Echenique anunciaba que iban a jugar con las reglas del "sistema" (para los que los llaman antisistema), planteando la inconstitucionalidad no del artículo, sino de la forma de implantarlo, que es una cosa muy diferente.

Y mira tú por dónde, seguramente aprovechando la larga impunidad del puente para que se enteren los menos españoles posibles, el Máximo tribunal dice nada menos que:
"El Tribunal Constitucional tiene previsto admitir a trámite el recurso de Unidos Podemos contra el 155 y usar la sentencia para establecer una especie de "manual de instrucciones" para la aplicación de este artículo".

Puedes leerlo pinchando en: http://goo.gl/uHV8ij

Así que, cuando se vuelvan a oír cosas de estos señores, probablemente los más preparados en Ciencia Política al menos teóricamente, recomiendo muy encarecidamente a los que no les caen bien que las analicen, porque seguramente están llegando "más lejos" en los intereses de los ciudadanos que la mayoría.

martes, 5 de diciembre de 2017

La encrucijada (2ª parte)


De momento acertamos con las alternativas que tenía el sr. Puigdemont y eligió la que efectivamente parecía más probable, de acuerdo a los intereses de la "partida" que estaba jugando, poniendo al gobierno del PP al borde del ataque de nervios.

Continúan las jugadas de unos y otros contendientes. Se dicta orden de busca y captura y, al conocerse su presencia en Bruselas, se convierte en solicitud de extradición.
Tan lejos como esta misma mañana, el juez suspende la petición de devolución a las autoridades europeas y se abre un abanico de motivaciones para tal cosa y sus consecuencias.

Mantener la petición y que la justicia belga no la conceda por considerar que, tal y como alegó su abogado, no hay garantías procesales de un juicio justo, sería un duro revés para la imagen democrática de un Estado miembro de la UE.

Por otra parte, que acceda a la petición de extradición pero limite las acusaciones que pueden ejercerse, como prerrequisito para esa entrega, significa un reconocimiento de que ciertos delitos que se le pretenden imputar (principalmente el de rebelión) no son aceptables por Bélgica, ya sea porque no existen en su conciencia/legislación o porque, con las pruebas aportadas por la Fiscalía española, consideran que no se sustancian en nada. No menos duro revés para la diplomacia y la justicia española, por parte de un Estado miembro, socio y amigo.

Así que parece que la mejor jugada era levantar la solicitud de extradición. Pero tampoco parece la maniobra más apropiada pues no es porque no se mantenga la orden de detención, sino porque solo se limita al territorio español. Señal de que "algo" no huele bien pues implica un reconocimiento de que en las democracias europeas no existen "delitos" que aquí todavía se persiguen.

Puestas así las cosas, ahí va mi apuesta. Reconozco que tiene un "talón de Aquiles" pues creía que los partidos independentistas acudirían a las elecciones del 21D en una coalición que permitiese tener mayoría absoluta de diputados, aunque no la avalase una mayoría absoluta de votos y se ha demostrado que los intereses partidistas de todos prevalecen. Pero bueno, si el sr. Puigdemont obtuviese los votos suficientes para, con el apoyo de los independentistas, volver a ser Molt Honorable, ¿qué pasaría si apareciese en el Parlament el día de su investidura?. Acudiendo, tipo Santiago Carrillo, de incógnito, o por las alcantarillas para evitar ser detenido y descararse en el acto oficial.
¿Lo detendría la policía o la guardia civil?, ¿se declararía un nuevo 155 o prórroga del actual y no se aceptaría resultado de urnas e investidura?, ¿se mantendría detenido, en la cárcel, al presidente de la Generalitat catalana en vigor, con las reglas del Estado?.

La imagen de nuestro, el posible ridículo mundial podría ser insoportable.
Y el pulso del sr. Puigdemont digno de Maquiavelo.

Ya vorem.