domingo, 27 de julio de 2014

Tomadura de pelo, un tanto cara


El sr. Rajoy llegó a la presidencia del gobierno diciendo, entre otras muchas cosas, que el rescate bancario era necesario pero no iba a costar ni un duro al contribuyente. Si no lo recuerda, refresque su memoria pinchando aquí.

Sin embargo, con la "nocturnidad" que aporta la época veraniega, nos enteramos de ésto.

Es decir, tan solo arreglar el desaguisado de Catalunya banc nos acaba costando a los españolitos de a pie la friolera de doce mil millones de euros o, lo que es lo mismo, "dos billones" de las antiguas pesetas.

Si tuviésemos que pagarlo "a escote", los 45 millones de ciudadanos saldríamos a 44.500 pesetas por cabeza, o 267 euros. No es ninguna banalidad, gilipollez o tontería.

Y yo me pregunto si ya se ha abierto una investigación para conocer, hasta el último céntimo, de dónde proviene semejante "agujero" y si los que lo provocaron, y embolsaron, ya lo tienen a buen recaudo y a nadie se le ocurre reclamárselo. Porque errores los puede cometer cualquiera y basta con acabar con su carrera profesional, pero me temo que en esa suma hay algo más que errores.
¿O no interesa pasar factura a los sinvergüenzas, habiendo como lo hay un pueblo impasible?

La película de miedo no ha hecho más que empezar, porque cuando llegue el turno a Bankia....nos tendremos que volver a endeudar para pagar el entuerto dejado por los Blesa, de Miguel, Olivas, Rato ....y otros señores muy "preparados" para asumir lo que tenían que asumir.

Claro que también es posible que nuestro Presidente de Gobierno, manteniendo su palabra, haga una colecta entre los que considere oportuno y tiene alrededor y no lo tengamos que pagar los enfermos, los jubilados, los estudiantes, los parados, los que trabajan, los discapacitados y demás grupos que no forman parte de esa élite que no da palo al agua pero tampoco da puntada sin hilo y cuya única finalidad es redactar leyes de "trasparencia" para que nos creamos que actúan correctamente, "de restricción de libertades" para que no nos quejemos, de "limitación" de acudir a demandas para que no les molestemos, o de "indulto" por si algún juez osa condenarles. 

martes, 22 de julio de 2014

Uso torticero de la democracia


La presidenta de la autonomía de Castilla-La Mancha, y secretaria general del PP, ha consumado su estrategia de cara a las próximas elecciones autonómicas. Léase

Siempre me ha llamado la atención la frecuente utilización del término "torticero" que puede verse en múltiples escritos judiciales. Parecía que tenía algo que ver con alguna especialidad en la forma de preparar una tortilla pero no. De acuerdo al diccionario de la RAE, torticero significa "injusto, o que no se arregla a las leyes o a la razón".

La imposición de reducir el número de diputados en el Parlamento manchego lo justifica diciendo que es una medida para reducir costes, pero vamos a ver con un ejemplo sus consecuencias.
Imaginemos una población, o provincia, con los siguientes votos: PP x 40.100, PSOE x 30.100, IU x 9.900 y UPyD x 9.900. En total 90.000 votos escrutados válidos.
Según la dichosa ley d´Hont, si fuesen nueve los representantes de ese resultado, corresponderían cuatro al PP, tres al PSOE, uno a IU y otro a UPyD.
En el caso de reducir el número de diputados a cinco, la distribución sería de tres al PP y dos al PSOE.
Yendo más lejos, dejando tan solo a tres diputados, dos serían del PP y uno del PSOE.

¿Entienden la jugada?. En el primer caso, la mayoría minoritaria del PP haría que un  posible acuerdo tripartito entre PSOE, IU y UPyD, no dejase prosperar alguna de sus propuestas e incluso llegase a plantear una moción de censura con muchos visos de salir adelante.
Sin embargo, en el segundo caso el PP estaría con una mayoría absoluta que le permitiría gobernar con tranquilidad y sin sobresaltos ni necesidad de pactos o negociación, ignorando el apoyo del 22% de la población.
Finalmente, en el último caso, su abrumadora mayoría (dos tercios) le permitiría incluso cambiar leyes y procedimientos fundamentales.

Si volvemos a las definiciones de la RAE, nos encontramos que:
a) democracia es la doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno, y también el predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado.
No parece que la reducción de diputados vaya en la dirección de asegurar la representación y el predominio del pueblo en el gobierno, limitándose exclusivamente a la representación de la mayoría minoritaria que interesa a la señora Cospedal.

Invito a los lectores a que investiguen por su cuenta la denominación que la RAE da, de forma coloquial, a la persona astuta (hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin) y solapada (persona que oculta maliciosa y cautelosamente sus pensamientos) y decida si aplicaría, o no, el calificativo de demócrata a nuestra protagonista.

lunes, 21 de julio de 2014

Razones para una abdicación real




 


En varias ocasiones, a lo largo de estos últimos años, se ha barajado la posibilidad de la abdicación del rey Juan Carlos, circunstancia siempre negada por la Casa Real. Sin embargo, se ha producido la sucesión dentro de un "ambiente de normalidad" un tanto curioso.

En la época que Juan Carlos era Príncipe de España y sustituía a Franco durante sus frecuentes recaídas, se suscitó la conveniencia de un traspaso de poderes que, en vida del dictador, habría garantizado la consolidación del joven monarca ante los partidarios del antiguo régimen. Pero hubo que esperar hasta el fallecimiento del dictador para poder asumir la jefatura del Estado.

Las razones que aconsejaban la abdicación del Rey Juan Carlos en su hijo, distantes de la justificación anterior, también estaban basadas en que la Institución pasaba por horas bajas y más valía asegurar la continuidad de la dinastía que acabar siendo cuestionada, no solo a nivel de calle.

Parece que son variadas las causas que originaron esa decisión y que no vamos a cuestionar, pero si evidenciar que fueron más que suficientes para, aisladamente o en conjunto, precipitar los acontecimientos. A saber:

a) La salud del monarca, con varias intervenciones quirúrgicas a sus espaldas, y evidentes síntomas de deterioro físico

b) La imagen de la Institución que, según las encuestas del CIS, estaba en constante retroceso. Aquí  hay que citar algunas de las actuaciones que han podido deteriorar esa imagen. Los negocios del yerno, la más que lógica colaboración de la Infanta en los mismos y su comparecencia ante los jueces. Las cacerías del monarca y las amistades femeninas "peligrosas" para la estabilidad matrimonial del máximo representante de las tradiciones. La fría y distante relación con la Reina, quizá una de las personas mejor valoradas de la Casa Real.

c) Las circunstancias políticas. Avance significativo de la izquierda en las pasadas elecciones europeas con el aumento del sentimiento republicano. Y la crisis separatista catalana que, gracias a la incapacidad manifiesta de Rajoy, puede acabar con intervenciones indeseadas tipo disolución de la Autonomía o con avisos encubiertos de actuación militar, siempre auspiciados por la Constitución.

Todas ellas razones que, sumadas o no, crearon el caldo de cultivo necesario para pasar el poder.

Claro que, esperamos que esta circunstancia no signifique que se ponga en práctica una concesión habitual cada vez que se proclama a un nuevo jerarca, la concesión de un amplio indulto.
No está el "patio" para tonterías y ni Felipe VI ni su nueva Casa Real deben caer en la debilidad de extender su compasión hacia tanto sinvergüenza junto que ha unido la cosa pública. Es decir, la facilidad de sacarnos impunemente el dinero y los derechos sociales a todos los españoles.
Porque una cosa es Europa, obligándonos a apretarnos el cinturón para pagar la deuda de todos, parte de la cual tienen a buen recaudo unos pocos, y otra que encima aplaudamos.