lunes, 24 de octubre de 2016

El día de la ignominia


EL PSOE ha dado un paso más hacia el precipicio. El PPSOE avanza inexorablemente en la fagocitación del partido que ayudó a cambiar España, que la introdujo en la escena internacional y consiguió un avance social (universalización de la asistencia sanitaria, ampliación del subsidio de paro, derechos indemnizatorios para los trabajadores, calidad de la enseñanza pública, aborto, protección de los más débiles....).

El proceso ha tenido varias etapas.

En la primera, consecuencia del acatamiento de las imposiciones neoliberales europeas, comienza la fragmentación interna, el desengaño y la aparición de un movimiento de indignados que se creía que no iba a pasar de ahí y el PSOE mantendría la representatividad de la izquierda (más que eso prefiero llamarla la ideología solidaria, igualitaria básica, de respeto al individuo) pero se equivocaron y facilitaron la aparición de un nuevo partido llamado Podemos.

En la segunda, viendo la derecha (ideológicamente la derecha española nada tiene que ver con la europea, honrada y con respeto también hacia el individuo) que se podía acabar el bipartidismo, se potenció un partido de derechas de verdad, pero honrado por su juventud, como era Ciudadanos, destinado a hacer el juego sucio. Este partido, con el apoyo de los líderes del Ibex, daba la "cara amable" de una derecha moderada que estaba dispuesta incluso a apoyar a un PSOE que no era otro que el PPSOE. Apoyando a Pedro Sánchez pero frenando cualquier veleidad de acuerdo con la auténtica izquierda (la del PSOE y la de Podemos e IU).

Este nuevo partido (PPSOE), surgido del ala más acomodaticia del PSOE (los barones de la aristocracia, sentados en mullidos sillones de consejos de administración o con puestos bien remunerados y respetados) y liderado en la penumbra por Susana Díaz, con el apoyo de las sombras de Felipe González, Bono, la Trini, Elena Salgado y otros "ex-mucho" y actuales "colocados") no podía permitir un gobierno de su partido sustentado por una coalición (Unidos Podemos) que cambiase reglas de juego, como la ley electoral, y restringiese la posibilidad de indulto al gobierno (herramienta que se adivina muy necesaria en el próximo futuro tras el pronunciamiento de las múltiples sentencias pendientes en diferentes juicios por golfería).
Esa ley electoral, maniobra de la transición que garantizaba la alternancia del "hoy por ti y mañana por mí" frenando la auténtica representación proporcional de la soberanía popular (esa falacia tan manida) que los nuevos actores acabarían exigiendo, acabando con los beneficios de la prejubilación política (puertas giratorias, con un ejemplo claro frustrado de momento, en el caso de José Manuel Soria) constituye el sancta sanctorum de todo el entramado político que hace que parezca que todo cambia ante los ojos de los ciudadanos para que todo siga igual, a sus espaldas.

Pues aquí empieza la tercera etapa, cuando un idealista Pedro Sánchez cree que manda y que dirige un partido de izquierdas y que, ante el resultado electoral, parece que es lógico que se alíe con sus más próximos, con Unidos Podemos. En ese momento entran en juego las fuerzas internas y las externas que nadie imaginaba que estuviesen tan próximas y con idéntica estrategia. Ciudadanos se niega a pactar nada con Unidos Podemos y, con un ejercicio de malabarismo, pasa de apoyar a Pedro Sánchez a apoyar a Rajoy. Simultáneamente, desde dentro, Felipe González da la señal de ataque y derribo y ya sabemos lo ocurrido con Pedro Sánchez, el acuerdo del Comité Federal que él defendía, la voluntad mayoritaria de los militantes y el mandato de las urnas ante su programa electoral.

Los actuales gestores del PPSOE, mientras preparan la llegada de la lideresa, le allanan el camino.
Ordenan que todos los diputados del PSOE se abstengan en la segunda votación de investidura de Rajoy, humillando sus voluntades y dignidad. Los que estén de acuerdo y sumisos al nuevo poder que se avecina, sobrevivirán políticamente. Los que no lo estén pero acaten servirán de moqueta. Los que que, con su dignidad, digan "no" serán apartados de las fuentes de poder de la nueva organización que surgirá, vía Congreso, cuando los vientos les sean favorables para el asalto al poder.

La partida actual está echada. La futura dependerá de la memoria y compromiso de los militantes.

No hay comentarios: