martes, 31 de agosto de 2021

Desfachatez

 

Vamos a empezar con los hechos.

El pasado domingo, anteayer día 29 de agosto, se hace público un nombramiento en el Tribunal Superior de Justicia Canario por parte del Consejo General del Poder Judicial. Recae en Jorge Alberto Rodríguez Pérez, vicesecretario del PP en Canarias. Léase la noticia "pinchando" aquí. El curriculum de esta persona también puede leerse en este enlace del Senado.

El apartado 3 del artículo 122 de la Constitución dice lo siguiente:

"El Consejo General del Poder Judicial estará integrado por el Presidente del Tribunal Supremo, que lo presidirá, y por veinte miembros nombrados por el Rey por un período de cinco años. De éstos, doce entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que establezca la ley orgánica; cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados y cuatro a propuesta del Senado, elegidos en ambos casos por mayoría de tres quintos de sus miembros, entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y con más de quince años de ejercicio en su profesión."

Y, finalmente, esta mañana, Pablo Casado dice lo siguiente: 





La falta de coherencia solo se justifica por una de estas tres razones:

a) Ignorancia de la Constitución y de lo que su partido obtiene de decisiones del CGPJ. Se supone que, aunque él desconozca estos principios, está rodeado de asesores que...."alguno" deberá advertirle de los errores que comete con sus afirmaciones. ¿O es que no se atreven a enmendarle o tampoco se dan cuenta, o les importa, lo que dice?. Además de ignorancia parecería irresponsabilidad.

b) Es conocedor de la realidad pero es un cínico, hipócrita, mentiroso, falso, irrespetuoso que desprecia al electorado pensando que, diga lo que diga, sus fieles le van a aplaudir y los demás no van a cambiar de opinión. Haciendo caso omiso al decoro, la decencia y la verdad. Pues tampoco sale bien librado en este caso.

c) Se siente frustrado, está desesperado, le enloquece notar que el poder que creía tener a su alcance se le escapa y disparata. Le vale todo. Pues menudo candidato, líder político o gestor público iba a resultar.


La independencia del poder judicial tiene un papel muy importante para las garantías de un Estado democrático. Estar supeditado al poder político debilita la libertad democrática de ese mismo Estado y parece más una línea de defensa de un pasado autoritario en el que se subordinaban todas las decisiones a la voluntad del jefe supremo.

Hasta se puede estar de acuerdo en el fondo de la reivindicación, pretendiendo total independencia de los poderes políticos pero, ni es eso la que dice la Constitución, ni lo practica su partido. La desfachatez es total y ninguna de las razones posibles es honesta.     


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