miércoles, 17 de marzo de 2010

Salvaguarda espiritual


Como no podía ser menos, hoy he vuelto a recibir la felicitación que, como cada año, me envía nada menos que D. Isidoro Alvarez como presidente de El Corte Inglés, con motivo de mi próxima "onomástica"; o lo que es lo mismo, mi "santo". Con independencia de que apostatase hace ya treinta y cinco años (si, poco antes de los últimos estertores de Franco), siempre me hace sonreír el recibir su carta, al igual que la felicitación de Navidad que tampoco falla nunca.
Ya se que no es un detalle individual y que la magnífica informática de la empresa hace muy bien lo que le dicen que haga, pero no deja de ser curioso que en una época en la que lo que ha tomado auge es la celebración del cumpleaños (algo que si tiene mucho que ver con cada persona), una empresa mercantil siga utilizando esa fórmula como cortesía de acercamiento al cliente.
No se preocupe, sr. Alvarez, que como la mayoría de los españoles seguiré siendo fiel cliente suyo por su excelente estrategia de anteponer sus intereses inmediatos al servicio y satisfacción del cliente. Tan solo una vez me defraudó en todos estos años. Cuando retiraron de su librería el libro de Alfonso Grimaldos "Zaplana, el brazo incorrupto del PP", por lo que tuve que ir a Carrefour para disfrutarlo.

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