La solicitud en sede judicial del, pronto ex, duque de Palma para conseguir que no se permita la divulgación de sus correos electrónicos personales viene a fijar más el foco sobre un aspecto que no se había tenido en consideración. Sus supuestos devaneos extramaritales. Como si fuese un auténtico descendiente de los Borbones.
Lo que en cualquier familia plebeya sería motivo de vergüenza y escarnio, en este caso concreto puede ser la liberación y la justificación del alejamiento definitivo de los de sangre azul de este intruso en una dimensión distinta que no parece que pueda mantener durante mucho más tiempo.
No hay más que leer el contenido revelado en: http://www.vanitatis.com/casas-reales/2013/07/17/los-mails-de-urdangarin-salen-a-la-luz-revelan-supuestas-infidelidades-25279/ para darse cuenta del buen uso que se puede dar a esa información para separar definitivamente a la Infanta, y toda su corte, de su juguete olímpico, y tratar de evitar quedar salpicados por los quehaceres de alguien que quiso y no pudo o no supo.
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