sábado, 7 de marzo de 2020

Tergiversando conceptos


Cuando estalló la gran crisis financiera en USA en 2008, con la quiebra de Lehman Brothers, el entonces presidente George Bush jr se dirigió al Congreso solicitando una ayuda de 800.000 millones de dólares para salvar la banca e inyectar dinero en el sistema pues las grandes corporaciones, como General Motors, Ford, aerolíneas... empezaron a tambalearse. Algunos congresistas de su partido le llamaron socialista e incluso comunista por no permitir lo que defendía su ideología, el mercado pondrá a cada uno en su sitio y no hay que ser proteccionista.

En nuestro país, la derecha tiene una ideología similar y critica a la izquierda, sobre todo al comunismo, por pretender nacionalizarlo casi todo, eliminando la iniciativa privada.
Probablemente la banca sea el termómetro del funcionamiento económico del mercado y todavía hay que recordar el estupor que causó la nacionalización del grupo RUMASA, de Ruiz Mateos, por parte del gobierno socialista de Felipe González, al que dio la cara Miguel Boyer. Hubo un cierto "terremoto"" de inseguridad por parte de las "élites" que desconfiaron de las ulteriores intenciones de ese gobierno, imaginando que ese era el primer paso para lo que venía detrás. Nadie imaginaba en esa época cómo iban a derivar las vidas tanto de González como de Boyer, sino ninguna de esas supuestas élites se habría intranquilizado.

Pasaron algunas décadas y, cuando nos llegó el rebufo de la crisis capitalista americana, el gobierno de la derecha, el PP de Rajoy, tomó la decisión de nacionalizar una gran parte del sistema bancario (las Cajas de Ahorro y sus filiales, pesimamente gestionadas por los propios políticos). Cosa que si se hubiese hecho con anterioridad, precisamente para evitar la quiebra, seguramente esas élites habrían solicitado ayuda a los tanques para sofocar tanta iniquidad. Pero como lo hizo la derecha se consideró que era necesario y la medida era necesaria. Es decir, la derecha tomó la iniciativa que habitualmente se podía imaginar que haría la extrema izquierda, para salvar el país, claro. Lo curioso es que posteriormente entregó las riendas saneadas a los gestores como si de un regalo se tratase, sin intentar recobrar lo aportado. Claro que algunos de los nuevos gestores eran de su onda, como Rato u Olivas que, engañando lo que hiciese falta, solicitarían una nueva ayuda si alguien se daba cuenta.

En definitiva, la derecha decide lo que teme que haga la izquierda, pero como lo hace para autoayudarse, aunque sea con el dinero de todos, está mejor hecho que si lo tienen que hacer solo con lo que tienen expatriado. Eso sí agitando siempre la bandera.

No hay comentarios: